Recuerdo la primera vez que lleve un cigarro e inhale el humo, sentí que mi vida desvanecía de una manera tan cruel como lo es la asfixia.
Tan solo esa curiosidad de un niño rebelde sin causa de 15 años propago mi odio hacia dicho elemento, el cigarrillo.
Después de esa “curiosidad”, no le vi el motivo por el cual mis amigos lo hacían, hasta que después de varios años me doy cuenta de que ese niño rebelde sin causa no tenia ninguna preocupación salvo leer, escribir, sumar, resta y vivir sin obligaciones.
En mi actualidad ya no existe ese niño, sino un hombre de 19 años copado de tareas interminables, de continuos insomnios, stress, si STRESS el causante principal de mi adicción.
La vida es una balanza, en cualquier momento esta mas a favor o en contra de algo sin darte cuenta, como sucedió en mi, odie el cigarrillo cuando impidió mi libre oxigeno y me pareció atractivo el día que sentí que me devolvía el alivio.
Un mundo libre de humo, fue mi lema cuando estaba mas chamo, pero ya se han dado cuenta que para mi fumar es un hábito que me integra nuevamente a una vida normal.
En este escrito prometeré dejar tal vicio…En algún momento.
Deives.
